Me encantaría que estés acá, con todos nosotros. Siendo esa persona feliz, amable, humilde, graciosa, de pocas palabras y de muy buen corazón que fuiste. Con decirte que se te extraña, me estaría quedando bastante corta. Faltan tus comentarios, esas quejas graciosas, las siestas, los almuerzos, meriendas, llamados, sonrisas, y todo lo que te involucra. Gracias por haber sido quien fuiste, y por haber peleado tanto. Porque juro no conocer a alguien que haya aguantado tanto como vos. Hasta en el ultimo momento fuiste fuerte y me llena de orgullo. Jamas en la vida me voy a olvidar de esos últimos minutos al lado tuyo, espero que ahora vos me esperes con el asado a mi.
Soy feliz de que hayas estado siempre para mi, porque me viste crecer, me enseñaste muchas cosas, me cuidaste y mimaste de la mejor manera posible. Fuiste el mejor abuelo, padre y esposo de todo el mundo. Quiero que sepas desde donde estés, que siempre vas a estar presente en todos nosotros y que te necesitamos cada día. Sos mi ángel de la guarda y lo único que te voy a pedir es que nos cuides. Te amo infinitamente viejito lindo.
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